viernes, 22 de junio de 2012

TIPOS DE ICNITAS DE DINOSAURIOS DE SORIA

Hace 140 millones de años la placa Ibérica se encontraba casi en el Trópico de Cáncer, los Pirineos no existían y en su lugar se desarrollaba un brazo de mar de grandes proporciones que casi llegaba hasta Soria. Por suparte en el extremo NE de esta provincia y el sur de la de Logroño se formó un inmenso lago que con el tiempo se transformaría en lo que hoy es la Sierra de Oncala y Los Cameros.

 Mapa de como estaba situada la provincia de Soria en en el Cretácico inferior.

En ese lago existieron tres tipos de biotopos, una zona de vegetación más o menos separada del mismo (restos de troncos fósiles de coníferas de Villar de Maya), una zona lacustre-palustre inundada y encenagada, más o menos permanentemente donde se señalaban los movimientos del oleaje( ripples) del lago y una zona fluvial con una gran llanura de inundación cubierta de un tapiz vegetal rastrero  de musgos, hepáticas  y helechos enanos. Todos ellos lugares en donde los grandes dinosaurios fitófagos podían alimentarse  y desplazarse en sus rutas migratorias, acechados siempre por los dinosaurios carnívoros en busca de presas.

 Lago cretácico.

Las huellas de estos animales quedaron impresas en el barro que se acumulaba en los bordes del lago y hoy podemos verlas gracias a un extrardinario proceso de fosilización y a la tremenda erosión que ha sufrido la Sierra de Oncala en los últimos milenios.
Despues del análisis de más de 200 yacimientos hemos podido agrupar las huellas en 12 morfotipos diferentes, de los que los más abundantes (7) corresponden a dinosaurios terópodos (carnívoros),  siendo los más raros (3)  los correspondientes a los dinosaurios Ornitópodos (fitófagos). Para los Saurópodos se han encontrado dos tipos diferentes referidos no a la forma de la huella sino a su modo de caminar.  PDF

Distintos tipos de icnitas de yacimientos sorianos 

 Terópodo "Kalohipus bretunensis" morfotipo IV y Ornitópodo morfotipo IX.

Terópodos morfotipo III y Saurópodo "Parabrontopodus distercii" morfotipo XI

 Terópodos morfotipo I y morfotipo VII..
 

martes, 12 de junio de 2012

EL LOBO FOSIL DE AMBRONA, SORIA.

Durante los dos años largos que invertí en clasificar los restos fósiles de Torralba y Ambrona de la excavación Howell 1962-63, me encontré con algunas piezas muy llamativas, entre ellas un canino de Macaca sp., desgraciadamente desaparecido pero que Aguirre y yo presentamos en el VIII Congreso INQUA, Paris 1969, y  tres dientes de un cánido que en principio se clasificó como Canis sp. cf. mosbachensis, un pequeño lobo de centro Europa.
Sin embargo y andando el tiempo y despues de múltiples comparaciones con los dientes de otros cánidos fósiles europeos de edad semejante (Pleistoceno superior, 300.000 años aproximadamente)  y dadas sus especiales características biométricas, me llevó a proponer la creación de una nueva subespecie, Canis lupus ambronensis, un lobo muy parecido al actual pero de pequeño tamaño,similar al de los lobos del sur de la Península.


En esa época Ambrona era una paramera fría y húmeda, ruta de emigración de venados, caballos, toros, elefantes  y otros grandes mamíferos aprovechada por el hombre para cazar y carroñear y de igual modo por los lobos.

Los fósiles de esta excavación se encuentran depositados en el Museo Numantino de Soria, despues de un largo periplo por los museos de Madrid, el Arqueológico, el Cerralbo y el de Ciencias Naturales, y por desgracia nunca han sido expuestos al público. Publicación original en PDF

viernes, 8 de junio de 2012

EL FRISO PERDIDO DE HUERMECES DEL CERRO, Guadalajara.

El pueblo de Huermeces del Cerro se encuentra al pie de los imponentes riscos que ha formado a su paso el río Salado. No lejos del pueblo y al otro lado del río se eleva una pared de piedra caliza de color gris, casi vertical, que fue hace más de 30 millones de años el fondo de un lago y que se elevó y verticalizó durante el paroxismo de la orogenia Alpina.

Vista del estrato donde está el yacimiento y Manuel señalandolo.

En 1957, Leo Imperatori descubrió que la roca estaba literalmente cuajada de grandes huesos blancos y la calificó de friso cuando dió la noticia en una de las reuniones de la Real Sociedad Española de Historia Natural.



Huesos incrustados en la roca.

Durante un tiempo fue visitada por diversos investigadores pero no se pudieron extraer los huesos para su estudio porque los fósiles saltaban en añicos al romper la piedra.

Más huesos.

El cemento de la roca se había consolidado con la propia cal de los huesos y estos se habían desmineralizado. Asi, solo se pudieron recoger las muestras caidas y hacer algunos vaciados de los moldes de los mismos.

 Resto de la mandibula inferior de Palaeotherium sp.

Se pudieron identificar al menos dos tipos de Palaeotherium, un pariente lejano del caballo pero con aspecto de tapir, que al contrario de su primo, conserva cuatro dedos en la pata delantera y tres en la trasera y de un Anoploterio, un artiodáctilo también parecido a un tapir pero con pezuñas con aspecto de garras.

 Ilustración de Palaeotherium.

Desgraciadamente del yacimiento apenas queda nada debido al deterioro natural y al saqueo contínuo. Si se va por allí, lo más seguro es que a los pies de tan extraordinaria muralla aparezcan restos de dientes y huesos machacados por los martillos y cinceles de los que han intentado hacerse con tan preciosos fósiles y solo han conseguido su destrucción. Y de eso damos fe.

viernes, 1 de junio de 2012

EL HUESO GIGANTE DE TERA, SORIA.

En 1980, Raúl Ortega descubrió un gran hueso fósil de dinosaurio al pie de la iglesia del pueblo de Tera. Se trataba de un fémur casi completo perteneciente a un dinosaurio sauropodo de gran tamaño. Durante años permaneció en los almacenes del Museo Numantino de Soria, hasta que en 1989 José Luis Argente, entonces director del museo, le propuso a mi marido Manuel Meijide su restauración, de ahí esta fotos y apuntes que aparecen a continuación.

 Fémur en vista frontal y cóndilos de la cabeza distal

Pegado al fémur y mientras se realizaba la restauración apareció un chevrón casi completo (costilla caudal). En los años siguientes el hueso permaneció en los almacenes sin estudiarse a fondo para averiguar a que tipo de sauropodo perteneció.

 Apunte de restauración y vista ventral del fémur.

La edad del yacimiento perteneciente al grupo Tera, se cifra en más de 150 millones de años y está formado por un conglomerado de arcillas y cuarzo-arenitas de color rojizo muy bien estratificadas.

Carolina Fuentes en el lugar donde según el Marques de Vadillo, apareció el fémur.
 
Hace poco tiempo, fue exhibido en una exposición sobre dinosaurios en Valladolid (curiosamente en Soria no ha sido jamás expuesto) y aprovechando esta coyuntura un investigador tomo los datos necesarios para hacer una pequeña publicación en 2010, en la que se compara con el género Euhelopus del Cretácico inferor de China, con el que afirma existir cierta relación, en cambio otros investigadores niegan esta relación. Por lo tanto este singular hueso sigue y seguirá dando de que hablar.

 Ilustración de un grupo de Sauropodos de Carlos Papolio.