martes, 31 de enero de 2012

El bóvido "Bos antiquus", de Torralba y Ambrona, Soria.


Los yacimientos de Torralba-Ambrona (Soria) han proporcionado hasta ahora un extenso espectro faunístico en cierto modo manipulado por la acción humana y que demuestra el dominio casi absoluto de los herbívoros de mediano y gran tamaño frente a un grupo muy reducido de carnívoros de tamaño medio, de vertebrados de pequeño tamaño y de invertebrados. 
Entre los herbívoros de los yacimientos de Torralba y Ambrona el bóvido resultaba difícil de identificar, pues sus restos eran semejantes en talla y proporciones generales al gran Bóvido de las terrazas medias de Tiraspol, más que al tipo Bos primigenius.

Asta derecha y fragmento de cráneo de Bos antiquus


 Esto me llevó a comparar los datos morfológicos y biométricos obtenidos del análisis de sus restos, con los del toro primigenio de Europa y norte de Africa para demostrar que nos encontrábamos ante una especie diferente.
Esta convinción hizo que lo que había sido un trabajo paleontológico se convirtiese en el tema de mi Tesina de Licenciatura, y así en 1968 presente la existencia de una nueva especie de toro cuaternario ante el Tribunal de Licenciatura, que la admitió como válida. Sin embargo, la publicación de los resultados se retrasó hasta el año 2005 por causas diversasy así fue en esta fecha cuando se presentó el trabajo reescrito y actualizado en el Congreso de Geoarqueología y Patrimonio celebrado en Almazán (Soria), con gran alegría por mi parte y de Emiliano Aguirre, que fue el director de mi Tesina y que aplaudió largo y tendido la presentación.




Falanges  y astrágalo de Bos antiquus

 La existencia de elementos significativos y de diagnóstico suficientes me llevaron a proponer la creación de la nueva especie de toro:  Bos antiquus nov. sp.


Pezuñas de Bos antiquus

Aplicando el factor de Fock (1966): longitud de los metápodos x 6,25 para el cálculo de la altura del género Bos, el toro de Torralba alcanzaría una altura de 1,61-1,82 m, con lo que se podría suponer que al menos uno de los ejemplares estudiados medía en vivo más de 2 m de altura.



Ilustración del toro primitivo de Soria en el libro Esperando el Diluvio.

El que quiera ver la publicación original puede ver el PDF

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