En 1995 tuve ocasión de impartir un curso en el CPR
de Soria sobre una serie de puntos de interés geológico-paleontológico en la
provincia, verdadero museo al aire libre para todo aquel que esté interesado en
estos temas.
El primer punto a tratar y
casi el que más interés despertó entre los profesores asistentes, posiblemente
por su cercanía y asequibilidad, fue Pico Frentes.
Así que inicio aquí una
pequeña serie con los hitos geológicos-paleontológicos de Soria que conformaron
aquel curso.
La mole de Pico Frentes que
domina el paisaje al noroeste de la capital, eslabón final de la Sierra de
Cabrejas, ha sido comparado a menudo, dada su fisonomía, con un navío con la
quilla al sol. En realidad se trata de una muela alargada, un sinclinal colgado
con precipicios que tajan al norte sobre Ocenilla y Toledillo y al sur por
encima de Fuentetoba. La planicie de su cumbre desciende hacia el suroeste y
empalma con La Llana, con la cornisa de Peña Cruz y Los Oteros y se extiende
hasta Carbonera y Villaciervos.
Pico Frentes visto desde Valonsadero.
Entre Pico Frentes y Peña
Cruz, cerca de Fuentetoba, nace el río Golmayo, en un paraje fantástico que a
veces parece de cuento de hadas.
Cascada de La Toba.
Tobas con improntas fosiles de hojas.
Pero, dejando aparte el
paisaje, su importancia geológica ha sido y sigue siendo capital para el
estudio del Cretácico marino en Iberia, ya que en él aparecen todos los niveles
o pisos del mismo.
El final del Cretácico
inferior está representado por el Albense (-112 millones de años) formado por
areniscas caolínicas y feldespáticas, con una potencia (espesor) de 500 m
aproximadamente. En la base son de color blanco y van adquiriendo tonos rojizos
a medida que se asciende por la ladera debido a los oxidos de hierro, creando
zonas de abigarrada belleza. Las areniscas de su tramo inferior se utilizaron
en la fabricación de asperón y de algunas zonas se extrajo asfalto. En Cidones
y Ocenilla aparecen con frecuencia restos de árboles fosilizados y en
Fuentetoba fragmentos de lignito (carbón).
Cornisas y areniscas abigarradas.
Aunque parezca mentira, todo
este nivel corresponde a una extensa playa.
Después, en el Cretácico
medio-superior (pisos Cenomanense-Turonense, -99 a -88 millones de años) se
produjo una gran transgresión marina, al periódo playero sucedió un régimen
marino profundo y la costa del mar de Tethys retrocedió hasta el centro
peninsular. En Pico Frentes se depositaron primero margas y después una
resistente costra caliza de 100 m de espesor que también puede verse en las
sierras del Tiñoso, Santa Ana, Picazo y San Marcos, en las que quedó fosilizada
una importante muestra de la fauna marina existente: ammonites, erizos,
pectínidos, ostras, braquiópodos, rudistas, gasterópodos…, formando un
macroyacimiento que, aunque ya está muy
esquilmado, pues quien ha subido a Pico frentes y no se ha llevado un fósil de
recuerdo, todavía es un muestrario importante del fondo marino del Cretácico.
Costra caliza.
Anmonoideo y Tylostoma.
Erizo y ostreido.
Pectinido y Terebratula.
Al final del Cretácico
superior (Senonense, -88 a -65 millones de años) se produjo la retirada
definitiva del mar y la instalación de un régimen lacustre al que se denomina
Garumnense, que aparece en la meseta superior de Pico frentes, apenas 20 m de
relleno, en el que se encuentran gasterópodos terrestres que se utilizan como
fósiles guía de este periódo, un suelo terroso, amarillento, corroído por la intemperie.
¿Qué pasó después?
Hace unos 56 millones de años
fuertes movimientos tectónicos elevaron La Llana quedando al sur un valle donde
hoy está Peña Cruz y al norte otro valle correspondiente a Pico Frentes (sinclinales). Muy al norte se formo una
cordillera antecesora de Urbión y Cebollera cuyos picos posiblemente
sobrepasasen en 1000 m a las cumbres
actuales.
Hace unos 40 millones de
años las lluvias torrenciales, los vientos huracanados y los ríos salvajes
originaron una fortísima erosión al tiempo que se produjo una elevación general
de la Península. La Llana se desgastó y se formó una gran vaguada, se excavó la
hoya de Villaciervos y fueron quedando como únicos testigos de las antiguas
elevaciones Peña Cruz, Pico Frentes, Cabrejas…
Hace unos 5 millones de años
la erosión acabó por desgastar la zona y talló los acantilados, las repisas y
los taludes del Pico y las sierras circundantes. Y finalmente, las grandes
glaciaciones del Cuaternario y las
grandes avenidas del antecesor del Duero, terminaron de configurar las tierras
que hoy conocemos.
Foto aérea y mapa topográfico del Pico Frentes.