En 1993, mientras se realizaban unas labores de limpieza de cunetas y acondicionamiento del camino que va desde Cirujales del Río a Narros, un joven vecino del pueblo, Bhishma Hernández, encontró un gran fragmento de un “colmillo” de un posible “elefante” y posteriormente sus padres, profesores y amigos nuestros, se pusieron en contacto con nosotros. Con anterioridad a este hallazgo y en el mismo lugar, cuando se realizaron los primeros trabajos para trazar el camino (1973), aparecieron numerosos huesos de gran tamaño, que desaparecieron en las obras y que probablemente pertenecieran a este proboscídeo.
Unos meses más tarde efectuamos una cata de urgencia con buenos resultados pues se pudieron recuperar 12 piezas más del esqueleto de ese gran animal.
Vista general del yacimienyo y tibia izquierda de Gomphotherium sp.
Dada la edad la zona (Mioceno final-Plioceno inicial), los restos fósiles extraídos se han comparado con los de diversos mastodontes de yacimientos españoles, se han clasificado como pertenecientes al género Gomphotherium en base a la diversa sección del incisivo superior, a la presencia de una capa externa de esmalte en el mismo y a sus coincidencias morfológicas y biométricas con los incisivos superiores del Gomphotherium angustidens de Tarazona de Aragón (Zaragoza)
Por otra parte, tanto las características morfológicas como las biométricas de los diversos restos postcraneales son totalmente coincidentes con las del mastodonte de Yuncos (Toledo), clasificado como Gomphotherium lusitanicum, con las del Gomphotherium angustidens de Tetuán de la Victoria (Madrid) y con las del Tetralophodon longirostris de Polinyá (Barcelona) actualmente englobado en el género Gomphotherium.
Vertebra, radio y costillas de Gomphotherium sp.
No ha aparecido en la excavación ningún molar que nos permita determinar de que especie se trata, aunque posiblemente los restos puedan pertenecer a la especie Gomphotherium angustidens.
El yacimiento de Cirujales del Río amplía el número de yacimientos del Mioceno Medio-Superior de Soria, del que sólo eran conocidos los de Escobosa de Calatañazor cuyo análisis faunístico ha proporcionado una larga lista de especies de micromamíferos y anfibios y el de Piquera de San Esteban en el que se han encontrado unos pocos restos de dos proboscídeos, Deinotherium giganteum y Gomphotherium angustidens.
Representación de un mastodonte.
Para el que quiera ver el estudio completo pulsa aquí.
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