La cueva de Tito Bustillo, antes El Ramu, se encuentra en el Municipio de Ribadesella (Asturias) y es de sobra conocida por sus pinturas Magdalenienses.
En 1971, a poco de descubrirse, se realizó una pequeña cata en la sala principal de la que se extrajo gran número de restos fósiles, material que nos fue confiado por el Dr. M. A. García Guinea, entonces director del Museo de Arqueología y Prehistoria de Santander, para su estudio.
Molares superiores de Cervus elaphus
A pesar del mal estado del material, atacado por la humedad, pudimos reconocer los restos de un oso de las cavernas y un lobo, de varias cabras, un toro, caballos, y sobre todo de varios ciervos, fauna bastante corriente en las cuevas del Paleolítico cantábrico.
Hueso hioides de ciervo trabajado como colgante.
Lo más interesante es que muchos de esos restos estaban trabajados y presentaban fragmentos de grabados, otros estaban partidos a lo largo para extraer el tuétano y otros muchos aparecían calcinados.
Así que el yacimiento debería ser considerado como el "basurero de los restos de cocina" de los habitantes de la cueva de hace 14.000 años.
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Ciervo rojo actual, Cervus elaphus
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